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Así funciona la guerra sucia del PPC

Publicado: 2010-08-21

Como decía en la entrega anterior, las “chiquitas” no llegan ni siquiera a la laboriosidad de la verdadera diatriba o a la dignidad de la sátira. Son apenas mentiras e insultos disfrazados de dato.

En el caso de la estrambótica denuncia de una Susana Villarán senderista, vale la pena preguntarse por la credibilidad de la fuente que en “Expreso” aparece mencionada como el “dirigente y analista” del PPC, Guillermo Quevedo.

Willy es una persona a la que conozco de tiempo. Ambos fuimos integrantes de las juventudes del PUM a mediados de los 80, yo en la Católica y él en la San Martín o en San Marcos; la verdad, no lo recuerdo, porque él practicaba una especie de activismo ambulante que lo llevaba de una universidad a otra, ya fuera como estudiante o como organizador. La leyenda era que había decidido formar una base del PUM en la Universidad San Martín de una semana para la otra e ingresó sin más, en buen puesto.

Cuando el PUM se rompió, preludio de la ruptura de la Izquierda Unida, entre lo que la prensa daría en llamar radicales o “libios” y moderados o “zorros”, Willy optó, junto con muchos amigos, por irse con los moderados que, al cabo de un corto tiempo se volvieron a dividir. Así seguirían (seguiríamos, penosamente) por un tiempo, en un largo y desgastante juego de excomuniones mutuas hasta que, eventualmente, muchos antiguos marxistas-leninistas terminaron escribiendo en diarios de derecha, trabajando en centros de investigación neoliberales o, como en el caso de Willy, militando en el PPC. Malévolamente, los voy a llamar los verdaderos caviares, porque calculo que hay más chance de engullir hueveras de esturión codeándose con un gremio empresarial que en una ONG.

Pero, fuera de bromas, y al cabo del tiempo, ese cambio no me parece moralmente malo. Cambiar de posición política puede ser un proceso legítimo si se hace por razones ideológicas; alguien que cambia de partido porque cambió su forma de pensar es un converso, no un tránsfuga. Muchos amigos que pasaron del socialismo al liberalismo en esos años lo hicieron a través de revistas como “Razón Diferente”, fundada por Willy,  y en círculos de debate, no –como algunos otros- convencidos por un puesto en el Estado fujimorista.

Además me parece bien que gente capaz surgida de la izquierda termine en la derecha porque siempre he pensado que para el Perú sería bueno que surgiera una derecha moderna, despercudida de macartismo e ideologías de la Guerra Fría; algo a medio camino entre la democracia cristiana alemana y el radicalismo argentino. No me queda duda de que gente como Víctor Andrés Ponce, Neptalí Carpio o Raúl Chanamé, todos ex-izquierdistas a quienes he visto debatiendo cara a cara con Sendero, pueden contribuir a que surja una derecha auténticamente liberal y constitucionalista.

Por eso, no pensé nada malo cuando empecé a recibir hace un par de años, e-mails de Willy, dirigidos a las juventudes pepecistas. Lo consideré una deferencia y se lo agradecí en un par de ocasiones.

Algunos de sus artículos estaban bastante bien –pluma rápida, efectiva- sobre todo cuando daban cuenta de sus lecturas (un político que lee, en el Perú, es un milagro); o cuando traían noticias sobre amigos comunes. Pero lo que me sorprendió fue la abierta procacidad de los que tenían tema político.

Hasta enero de este año, todo estaba bien: en uno de sus mails, Willy decía que el reconocimiento de la opinión pública a Kouri, Heresi, Lourdes Flores y Xavier Barrón eran prueba de que “el socialcristianismo hegemoniza la ciudad capital” y repartía elogios a los mencionados líderes. Hasta propugnaba un pacto entre Lourdes y Kouri por el cual, ella desistiría de la candidatura municipal a cambio de asegurar la candidatura presidencial y nominar a la mitad de candidatos municipales limeños.

Sin embargo, ya en febrero, cuando era un hecho que la derecha iría dividida a las elecciones, Willy circuló un mail repugnante y procaz atacando a Kouri por su supuesta orientación sexual.

Y en marzo, Willy circuló un alucinante e-mail diciendo que “El internacionalista peruano venezolano, Doctor Fernan Altuve Febres Lores informo hoy que su padre, alto funcionario del gobierno chavista, le indico que el ciudadano ecuatoriano peruano Alexander Martin Kouri Bumachar ha iniciado gestiones ante la cancilleria venezolana para obtener  asilo politico.”

Esa chiquita, que se quedó en el limbo de los e-mails que mueren sin ser bautizados, además de darle un puyazo al hoy enemigo Kouri, ridiculizaba al también enemigo Fernán Altuve, ex -parlamentario fujimorista. Un insulto a dos bandas. Lo reproduzco porque es ejemplar paradigmático de las minidiatribas de que venimos hablando y porque es el único reproducible en un blog apto para todos; los demás, los tienen que cliquear los lectores, si aguantan.

Pero siguió uno aún más alucinante y procaz, esta vez atacando a la septuagenaria madre del candidato rival y, luego, uno de antología, extendiendo la acusación de homosexualidad a Salvador Heresi, otro de los que se desprendían de la disciplina pepecista.

Y, por fin, uno contra la actriz Yvonne Frayssinet, haciéndola el centro de una rocambolesca conspiración internacional.

En fin, una lista de e-mails dudosa y un blog basura, como los hay varios.

Es evidente que este tipo de fuente no merece la menor credibilidad. Pero esta es la fuente que en tanto “analista” y “dirigente” que publica Expreso, rebota Correo y llega hasta los blogs de "La Mula". Así estamos.

Pero vamos al caso de la última “chiquita”.

A inicios de esta semana, circuló uno de los mails de Willy con el nombre “Susy”, en el que se reiteraba la clásica línea de ataque a “la izquierda caviar”. Villarán era ridiculizada porque era de izquierda aunque su tatarabuelo hubiera –según Willy- fundado el Club Nacional. Imagino que la acusación consistía en haber traicionado a la oligarquía y apoyar al pueblo. Se la acusaba de inspirar su trayectoria profesional en la Teología de la Liberación. Aquí, la acusación debe ser, supongo, preferir la limpieza moral de un Gustavo Gutiérrez que la pobreza ética de un Juan Luis Cipriani. Por último, se repetía la cansada acusación de que la izquierda moderada es una banda de tontos útiles del senderismo; el remoquete aquél de que las organizaciones de derechos humanos se dedican a “defender los derechos humanos de los terroristas” y a victimizar a los uniformados, bla, bla, bla.

Como la línea de caviarizar al contrincante se ha banalizado y ya está bastante manida, Willy pasó entonces a la artillería pesada (o al ventilador grande) con la invención estrafalaria de un personaje nacido de las vendettas de “El Padrino II” y del misterio de “Sendero de Sangre”.

En fin, absurdo sobre absurdo que se hace pasar como dato periodístico.

Unas cuantas cosas se siguen de esta pequeña historia: la primera es que Lourdes Flores no tiene autoridad ni siquiera para llamar al orden a sus propios militantes. Luego de tener que pedir disculpas por el absurdo ataque de hace dos semanas, se ve desobedecida por un militante que publica “chiquitas” pornopolíticas sin que nadie ponga coto a sus injurias. Si Lourdes no tiene capacidad de dirigir su propia campaña, ¿cómo va a dirigir la ciudad de Lima?

La segunda, es que para el PPC la guerra sucia es un estilo normal de campaña. Se utilizó contra Kouri por lo menos desde febrero, con nombre y apellido. Incluso si se aceptase que las personas públicas están siempre a riesgo de ser objeto de escarnio público, es incomprensible que se haya atacado a la misma familia del candidato. Si esto ocurre cuando el PPC no ocupa la alcaldía, ¿qué ocurrirá si la ocupa?

La tercera es que ultraderecha se servirá de lo que sea para sorprender al público, incluso pasando por “analista” y “dirigente” al editor de un blog basura. Lamento tener que generar tráfico hacia ese blog con los enlaces, pero creo que no había otra forma de demostrar que Willy Quevedo no es un “analista”. Habrá que ver si el PPC acepta que sea un “dirigente”.

La última es que el PPC está asustado. En vez de celebrar el derrumbe de Kouri, que han impulsado desde el inicio de la campaña, y en vez de celebrar la ventaja que hasta ahora tienen, están obsesionados con la posibilidad de una avalancha electoral adversa a sus intereses.

Ahora bien: en un país de escasa institucionalidad política, el temor a los gallos de tapada es perfectamente racional. Sin embargo, responder a la volatilidad del electorado implicaría reforzar el debate ciudadano y hacer de la campaña una actividad pedagógica. Da pena constatar que –en lugar de tomar esa vía- en el PPC han optado por el expediente fácil de contaminar el discurso público.

Estoy seguro que este mini-sicosocial será contraproducente para la candidatura de Lourdes Flores y creo –además- que es una vergüenza para un partido que se llama a sí mismo socialcristiano y que fue la casa de tribunos como Mario Polar, Ernesto Alayza o Bobby Ramírez del Villar. No me imagino a ninguno de los mencionados firmando las procacidades de Willy Quevedo.

La imagen es, obviamente, un ventilador industrial.

¿Es posible una derecha distinta? Seguiremos con esto.


Escrito por

Eduardo Gonzalez

Descendiente del gitano Melquíades. Vendo imanes. Opino por mi y a veces por mi gato.


Publicado en

La torre de marfil

Blog de Eduardo González Cueva