Según Carlos Meléndez, se necesita una izquierda realmente moderna y popular, y la alternativa presentada por Susana Villarán en estas elecciones municipales no lo es. ¿Qué novedad radical propone para la izquierda? Que se divida: que Susana Villarán, a la que compara con una “tía caritativa del Golf” rompa con los “fundamentalistas” de Patria Roja.

A ver: primero, algo debe estar pasando en el país para que hasta Carlos se de cuenta de que falta una izquierda en el Perú. Bien por eso: cuando terminó de escribir su diatriba, la urgencia de una izquierda aún estaba ahí.

Por otro lado, si de novedad se trata, dividir a la izquierda no es –digamos- el último grito. La izquierda ha pasado 22 años dividiéndose, precisamente en el estilo de excomunión y caricatura que promueve el poco imaginativo comentarista. Por ahí no es la cosa.

Pero lo que más me llama la atención es que el Jorobado jorobe reclamándole renovación a una izquierda que desprecia como “accidental” en su crecimiento y no diga ni pío sobre una derecha que es cien veces más poderosa que la naciente Fuerza Social y, por cierto, infinidad de veces más corrupta.

Pero todos somos libres de plantear nuestras preferencias en el menú. Si el jorobado, desde “Correo” expresa sus deseos sobre la izquierda; yo voy a plantear, desde este modesto blog de izquierda, mis preferencias sobre la derecha.

Yo creo que una derecha moderna es necesaria en el Perú. Esa derecha tendría que ser auténticamente liberal, no liberticida; moderna, no nostálgica y nacional, no meramente limeña.

Algunos ejemplos:

En vez de una derecha que celebra a Andrés Bedoya Ugarteche y no sabe cómo esconder al papá de Lourdes; una derecha que no sea racista.

En vez de una derecha chupacirios, firmando cuanto comunicado hay de apoyo al Cerdenal, perdón, Cardenal; una derecha que afirme el carácter laico del Estado.

En vez de una derecha machista; una derecha que reconozca la capacidad individual de cada mujer de decidir por sí misma, como individuo responsable, sobre su sexualidad y su capacidad reproductiva.

En vez de una derecha militarista, dispuesta a tocar la puerta de los cuarteles si pierden o a matar las libertades para justificar estados de emergencia; una derecha que afirma el imperio de la ley y la supremacía de los civiles.

Puede decirse que es demasiado pedir. Que la derecha en el Perú es irredimible (Basta leer “Correo” para pensarlo). Pero no lo creo: algunos de los sectores sociales que han venido surgiendo en las últimas décadas necesita una expresión política nueva más allá del decadente PPC y la mafia fujimorista.

Las sociedades cambian. Los sistemas políticos democráticos existen para lograr que esos cambios ocurran en forma concertada, no violenta, inclusiva. Los cambios que el Perú viene experimentando requieren un nuevo sistema político, con una nueva izquierda -¡qué duda cabe!- pero una nueva derecha también.

La imagen es de Delacroix. Necesita una restauración en serio.