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Bajavoz ruega: "Simplifíquenme el mundo"

Publicado: 2013-08-02

Se queja un joven liberal de que el MHOL, la agrupación LGBT más importante del país tenga una inclinación socialista.

Les ruega que, si van a ser socialistas, por lo menos no hagan sus actividades en tanto tales; solo en tanto homosexuales.

¡Sean una cosa a la vez: o gays o socialistas! Ya bastante hay con aguantarlos en la calle como gays, ¿ahora hay que aguantarlos como socialistas?

Si mañana salen a la calle como gays, socialistas e hinchas de la “U”, nuestro joven liberal se desmaya.

Pero ¿cuál es el problema en ser gay y socialista?

Como es obvio se puede ser gay y tener cualquier identidad política. Se puede ser gay y teocrático, gay y fascista, gay y conservador. El problema en esos casos es que una identidad niega la otra: esas ideologías no cuestionan el orden sexual y reprimen lo que consideran desviante.

Entonces, es más lógico ser gay y liberal, ¿verdad?

Sin duda: el liberalismo, en efecto, preconiza la igualdad de derechos de los ciudadanos, independientemente de su identidad sexual. De hecho, el liberalismo defiende muchas cosas, en el papel y –mal que bien- las pone en práctica, después de cierto tiempo y con mucha pelea, en los países del capitalismo avanzado: la laicidad del estado, la igualdad de la mujer, la libertad sexual, etc.

Entonces ¿por qué no hay un movimiento gay liberal en el Perú?

Porque en el Perú quienes pasan por "liberales" no defienden ninguna de las causas liberales clásicas, enunciadas arriba. Son liberales sólo para una libertad: la que llaman "libertad económica", es decir la de un cierto agente económico (el propietario) para librarse de la supuesta tiranía de las regulaciones.

Para eso son liberales, para lo demás, nica.

Entonces, si eres gay en el mundo real del Perú en el siglo XXI, el liberalismo no es la mejor representación que se te pudiera ocurrir.

Ah, pero el joven liberal se proclama moderno y clama por una derecha igualmente moderna. ¿No será que los liberales como este joven pueden manifestarse a favor de la causa LGBT y ganarse a los gays, hoy en las garras del socialismo?

No parece: de una revisión sumaria de los artículos de opinión del diario donde publica el joven liberal, queda claro que la primera vez que se han ocupado de la causa LGBT es para criticarla. Precisamente, por la pluma del joven liberal del que estoy hablando.

Buena, chicos. Sin duda que así van a ganar cualquier cantidad de adeptos.

En el Perú, sería bien raro ser gay y liberal, porque hemos establecido que los liberales del Perú son –en realidad- conservadores. Si hay gays “liberales” están en el closet, o se manifiestan con una sola identidad a la vez: en el closet son gays, fuera del closet son liberales.

Si alguien es realmente liberal en el Perú, en el sentido político y social, se encuentra muy pronto con la realidad de que sólo la izquierda socialista defiende sus causas. De hecho, la única forma de ser auténticamente liberal en el Perú es ser socialista.

Yo no veo al joven liberal, o a “Altavoz”, criticando el hecho que en el Perú haya un asesinato por homofobia cada semana. Tampoco critican que el estado atienda por VIH sólo a un 4% de las personas LGBT afectadas por la enfermedad y que –como consecuencia- el 90% de las personas que mueren de SIDA en el Perú, son LGBT.

Cuando de eso se trata, “Altavoz” es “Bajavoz”.

De hecho, en el mismo periódico, una joven liberal nos advierte que es un error determinar el odio homofóbico como un agravante del homicidio.

Me complican la vida, se queja: porque entonces, hay tantas otras agravantes que serían posibles. El liberalismo de la joven le informa que todos somos iguales ante la ley, entonces ¿cuál es el problema? ¿para qué complicar las cosas, si todos sabemos que las leyes se cumplen, y que nadie necesita protecciones adicionales, ya que todos somos siempre jóvenes, saludables, héteros, con propiedad, y protegidos del odio de nadie?

Aquí ya nos vamos dando cuenta del problema.

No es que la joven estudiante de derecho quiera estudiar menos y ruega que le quiten circunstancias agravantes de la lista. No. No es haraganería estudiantil.

Es haraganería mental, y la incapacidad moral de atreverse a tener empatía.

Total: si en mi grupito no hay nadie que haya sido discriminado jamás por racismo; si no hay nadie que haya trabajado en un service por sueldo mínimo; si no hay nadie gomeado por el serenazgo por ser gay; si de hecho, se goza de una burbuja protectora de dinero y clase, ¿para qué mirar más allá? ¿para qué preocuparse de que otros tengan los mismos derechos que yo tengo? Eso es de caviares, de socialistas, de cojudos, pues.

Todos son iguales en Bajavoz, su mundo es simple. Tengamos piedad, no les compliquemos la vida, con la realidad.


Escrito por

Eduardo Gonzalez

Descendiente del gitano Melquíades. Vendo imanes. Opino por mi y a veces por mi gato.


Publicado en

La torre de marfil

Blog de Eduardo González Cueva