Los peruanos en el exterior: ninguneo y prejuicio
Preguntado sobre la propuesta de una representación parlamentaria directa de los peruanos que vivimos en el exterior, su respuesta es que el congreso “ya ha hecho bastante” por nosotros, y que agregar congresistas sería un costo adicional e inútil.
Agrega que los peruanos interesados en la representación directa, “no saben cantar el himno nacional”, “se fueron porque quisieron”, y lo único que les interesa es obtener algunas gollerías.
Interrogado sobre las remesas que enviamos, les quita importancia, porque “van a las familias” y no al Estado y porque los peruanos en el exterior pagan impuestos en sus países de origen.
Lo que quieren los peruanos en el exterior, que, según él, son solamente 380mil, es que les ayuden a “obtener ciudadanía y llevar a sus familiares de Lima”, o bien “obtener pasaporte para no pagar impuestos en Estados Unidos”.
Sus declaraciones, ignorantes y prejuiciosas, son la demostración perfecta de por qué no es una locura el distrito parlamentario del exterior.
Los actuales parlamentarios del distrito “Lima y Extranjero” no conducen actividades de representación con los peruanos que vivimos fuera.
Desde que –se supone- los parlamentarios de Lima representan a los peruanos en el exterior, es muy poco lo que han hecho por nuestros derechos. La “ley del retorno” es un paquete de procedimientos que no se cumplen, los consulados raramente tienen “consejos de consulta”, y no tienen los recursos para brindar ayuda legal o social a los peruanos que tengan necesidad de ellas.
Sólo para mencionar un punto de importancia obvia: no hay información alguna de gestiones de este Congreso ante la Cancillería para enfrentar el riesgo de cientos de miles de peruanos, durante el inminente gobierno xenofóbico de Donald Trump. El presidente electo –recordemos- no sólo ha prometido acción contra los migrantes en situación irregular, sino que ha desatado un discurso racista hacia los latinos en general.
La idea de un número de congresistas directamente representando a los peruanos en el exterior no debería implicar costo adicional, porque –en puridad- debieran ser separados del actual número de congresistas del distrito “Lima y extranjero” que, como hemos visto, no hace gran cosa por sus representados en el extranjero. Claro, para los parlamentarios de lista chica, como García Belaúnde, que se recorte el distrito electoral de Lima, por el que han entrado al Congreso, les debe de parecer inaceptable.
Pero lo fundamental, y lo que hace las declaraciones del congresista lamentables, es su desprecio e ignorancia sobre quienes vivimos fuera.
Hay unos tres millones de peruanos en el exterior, según la propia Cancillería y –por supuesto- no están solamente en Estados Unidos, ni han llegado al exterior únicamente desde Lima.
La idea de que nos fuimos “porque hemos querido” es una valiente tontería. Según una encuesta de Cancillería, el INEI y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) La mayoría absoluta de los peruanos que viven en el exterior lo hacen forzados por razones económicas: 63% de los migrantes peruanos se fueron para buscar oportunidades laborales, para escapar del desempleo, o por una oferta firme de trabajo.
Adicionalmente, 20% de los migrantes vive fuera por motivos familiares que, generalmente, son la reunión con quienes tuvieron que irse antes a tratar de encontrar alternativas económicas. Uno vive años sin su familia directa “porque quiere”, sino porque las circunstancias lo obligan a hacerlo. Los dramas familiares de quienes viven en el exterior pueden ser complejísimos y –en muchos casos- desgarradores. Eso le es ajeno para alguien como el Sr. García Belaúnde, que viaja -él sí- “porque quiere”.
Las remesas de los peruanos en el exterior se acercan al 2% del PBI, según fuentes del BCR, y contribuyen directamente al financiamiento de actividades productivas en el país y a gastos de millones de hogares que, sin ellas, no tendrían suficiente liquidez.
Según la encuesta de Cancilleria-INEI-OIM, el 75% de los peruanos fuera quiere invertir en el Perú y el 80% planea volver a vivir al Perú. Datos lejanos a la especulación del congresista sobre peruanos que “sólo quieren gollerías”.
El problema del Sr García Belaúnde es que no tiene la menor empatía por la vida de los peruanos en el exterior, que se esfuerzan por salir adelante, en medio de la xenofobia, el racismo y la discriminación, y tratan de sacar adelante a sus familias y honrar el nombre de una patria que los ningunea.
Los peruanos en el exterior somos, sencillamente, ciudadanos de segunda categoría. Buenos para enviar remesas, buenos para esos votos que se cuentan desesperadamente en una elección apretada, y para lo demás, invisibles y sin importancia.
Pero el mundo actual se parece cada vez más a la experiencia de los peruanos fuera: es un mundo donde cada nación tiene enormes diásporas, donde las comunicaciones acortan las distancias y las culturas cruzan fronteras. Es el mundo de cientos de miles de peruanos que –sí- cantan el himno en la “pequeña Lima” en Santiago; en Almagro en Buenos Aires; en Paterson, Jackson Heights, Hartford, en Estados Unidos. Esa realidad terminará por imponerse sobre los prejuicios.